¿Recuerdas cuando construí nuestra mesa del comedor? Mi padre me ayudó a conseguir las tablas, puse doce capas de acabado. Los primeros años, cada desperfecto que la mesa absorvía lo tomaba como algo personal, era todo lo que podía ver, la abolladura de un tenedor, el rayón de un patín, el fantasma de alguien escribiendo a través de una hoja de papel. Es decir, ¿que tan dificil es para un niño recordar poner unas hojas extras debajo de su tarea? Muchas veces me arrepentía de no haber hecho esta mesa con madera de roble pero, así como los años pasan y las cicatrices se suman, las imperfecciones convierten a la mesa en algo más. Es lo que pasa con el pino...guarda muchos recuerdos.
2 comentarios :
el fantasma de alguien escribiendo a través de una hoja de papel. Espectacular!
Linda prosa
Bohemia, me encantó. Me llevó a la mesa familiar, el olor a aserrín de la carpintería paterna,a los cuadernos doble raya,a las mañanas con tostadas. Gracias.
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