jueves, diciembre 12, 2019

Mil y una veces...


Yo no era Sheherazade,
no había ningún rey
que escuchara mis relatos,
ningún prícipe que me concediera
un día más de vida.
Yo me contaba las historias a mi misma
y hasta me inventé poemas.
Viajé a mí infancia,
escribí relatos
algunos acabados
y otros por imaginar.
Recordándolos en silencio
me mantuve viva.
Ah, soy Sheherazade, 
pero también el propio rey.
He de escuchar descripciones
sobre mí misma una y otra vez, 
para mantenerme viva.
Mil y una veces.




Texto: Fathieh Saudi