"La fotografía no puede cambiar el mundo,
pero sí mostrarnos su crudeza"
Marc Riboud
"Almuerzo en lo más alto del rascacielos" ('Lunchtime Atop a skyscraper'), una de las fotografías más emblemáticas del antiguo Nueva York, tomada por Charles Ebbets el 29 de septiembre de 1932 durante la construcción del edificio de la RCA , sede de la famosa radio (actualmente General Electrics) del Rockefeller Center en Nueva York. Es una de las fotografías más importantes de la historia de la fotografía así como del mundo del trabajo. La imagen muestra a 11 obreros almorzando sobre una viga en el piso 69 de los 71 (unos 244 m. del suelo), haciendo un descanso para comer, con la ciudad y el vacío a sus pies . Con ella, Ebbets mostró a los trabajadores de construcción que se sostienen frágilmente, sin ningún tipo de protección, inconscientes y contentos. La fotografía sirvió para denunciar las pesimas condiciones laborales de los trabajadores en esa época.
El fin de la Segunda Guerra Mundial, con su reinante atmósfera de alegría y desenfado, sirvió de marco para la realización de una hermosa fotografía que dio la vuelta al mundo. Fue tomada por Alfred Eisenstaedt, fotógrafo de la revista Life , el día 14 de agosto de 1945. En ese día los norteamericanos salieron a las calles a festejar el fin de la guerra, y a Alfred le llamó la atención el marinero que se acercaba a todas las mujeres que veía. Una de ellas fue la enfermera Edith Shain, que sólo se identificó en 1980 al enviarle una carta a Eisenstaedt donde reconoció ser la protagonista de la fotografía, y hasta ese entonces el hecho le había causado mucha vergüenza como para reconocerlo públicamente. Del marinero, después de muchas controversias, finalmente se supo que es un veterano de guerra llamado Glenn McDuffie, quien se encontraba esperando el metro cuando supo de la noticia y, en medio de la euforia, besó a Edith. Pasó mucho tiempo intentando probar que era él quien aparecía en la foto, hecho que sólo se pudo corroborar luego de muchos estudios.
Neil Armstrong ha descendido apenas sobre suelo lunar, ha dejado la primera huella y ha pronunciado, al descender de la escalerilla, la histórica frase (preparada, claro): "Es un pequeño paso para un hombre, pero un gran salto para la humanidad".
Flores contra bayonetas. Un millón de manifestantes se concentran frente al Pentágono, en la capital de los Estados Unidos, en Washington. Protestan contra la guerra de Vietnam, ya están hartos de la política que lleva a cabo su gobierno y quieren que se les escuche. El fotógrafo Marc Riboud trabajaba para la agencia Mágnum por aquel entonces, y le tocó cubrir el evento. Al pie del cañón. De pronto, vio cómo una joven abandonaba el rebaño, armada con una flor en la mano, un corderito acercándose al lobo. Completamente indefensa. Se aproxima serena, los soldados de la Guardia Nacional, asisten desconcertados a la escena, cargando sus fusiles, preocupados por la gravísima amenaza que se les avecina, esperando órdenes aún más drásticas, apuntan sus bayonetas al pecho de la peligrosa chica, que sólo quería colocar la flor en uno de los fusiles, ése era su trofeo. El nombre de la valiente es, Jan Rose Kasmir. Tenía 17 años. “No era una provocación. Sólo les quería hablar de amor”
Detrás de la Estación de St Lazare es una de las primeras obras conocidas de Cartier-Bresson. Fue tomada en 1932 en París, con la primera de las Leica que tuvo. Cartier-Bresson se podía permitir el lujo de tener esta cámara, que además explica cómo pudo hacer esta fotografía en la que se congela el momento del salto: la Leica tiene el visor a la izquierda, con lo cual, haciendo la foto con el ojo derecho te queda libre el izquierdo, de tal manera que puedes ver el movimiento antes de que llegue al encuadre.