Anoche vi una película de Richard Gere, una de esas pelis lacrimógenas y sentimentales donde un perro encantador nos roba el corazón y nos da una gran lección de humanidad. La película se llama "Siempre a tu lado Hachiko" y está basada en una historia real, narra la historia de un profesor de universidad que recoge a un perro vagabundo en una estación y el hombre y el perro llegan a crear un vínculo muy especial. No voy a contar demasiado de la trama, ya que no quiero destripársela a quienes no la hayan visto, pero debo reconocer que al visionarla no pude evitar recordar la historia de Canelo...En Cádiz todos lo conocen pero, para aquellos que no son de esta bahía les quiero hablar de él, de un perro fiel, de un amigo leal, de Canelo...
El dueño de Canelo era un señor enfermo del riñón, el cual necesitaba realizarse las oportunas sesiones de diálisis y a ellas acudía siempre acompañado de su perro, mientras este entraba Canelo lo esperaba pacientemente en la puerta del hospital hasta que su dueño salía y volvían juntos a casa. Sin embargo, un día el dueño de Canelo sufrió complicaciones en su enfermedad, estuvo unos días ingresado y desgraciadamente murió.
.Como el perro era noble y leal y no entendía la idea de la muerte permaneció en la puerta del hospital esperando a que saliera su dueño, no esperó ni un día, ni dos, ni algunas semanas, ni algunos meses...¡Canelo esperó 12 años! Los vecinos de la Avenida y los trabajadores de la residencia sanitaria, sabedores de la lealtad y nobleza del perro, lo adoptaron colectivamente, le llevaban comida, le ponían agua y le daban las caricias que su amo ya no le podía dar. El caso de Canelo tuvo revuelo internacional ya que apareció en muchos periódicos y reportajes, incluso en la BBC. Las asociaciones ecologistas lo protegían y hasta una vez lo libraron de la muerte pagando un rescate cuando los laceros se lo llevaron a la perrera municipal, confundiéndolo con un chucho callejero y desconociendo su lealtad ejemplar.
.Este perro no fue un perro sin amo, fue el perro de todo Cádiz que lo quiso y lo cuidó como algo propio. El final de su vida fue triste, Canelo murió atropellado cerca de donde cada día esperaba la salida de su amo. Algo nos hace pensar que por fin Canelo y su dueño se reencontraron. La leyenda de este perro permanecerá grabada en la memoria de muchos gaditanos. Hoy Canelo tiene una calle con su nombre en Cádiz.
.Como el perro era noble y leal y no entendía la idea de la muerte permaneció en la puerta del hospital esperando a que saliera su dueño, no esperó ni un día, ni dos, ni algunas semanas, ni algunos meses...¡Canelo esperó 12 años! Los vecinos de la Avenida y los trabajadores de la residencia sanitaria, sabedores de la lealtad y nobleza del perro, lo adoptaron colectivamente, le llevaban comida, le ponían agua y le daban las caricias que su amo ya no le podía dar. El caso de Canelo tuvo revuelo internacional ya que apareció en muchos periódicos y reportajes, incluso en la BBC. Las asociaciones ecologistas lo protegían y hasta una vez lo libraron de la muerte pagando un rescate cuando los laceros se lo llevaron a la perrera municipal, confundiéndolo con un chucho callejero y desconociendo su lealtad ejemplar.
.Este perro no fue un perro sin amo, fue el perro de todo Cádiz que lo quiso y lo cuidó como algo propio. El final de su vida fue triste, Canelo murió atropellado cerca de donde cada día esperaba la salida de su amo. Algo nos hace pensar que por fin Canelo y su dueño se reencontraron. La leyenda de este perro permanecerá grabada en la memoria de muchos gaditanos. Hoy Canelo tiene una calle con su nombre en Cádiz.