Notas disconformes se hunden en su vaso de ginebra, y ahora le pide un vodka al camarero que seca los vasos con gesto de poker, cansado de ver historias repetida en cuerpos distintos. Por H o por B todas esas penas acaban ahogadas en sus vasos y ni con jabón logra borrarlas, se quedan adheridas a los bordes, volviendo amargo el azúcar de los San Francisco. Es un profesional de la noche cansado de que le cuenten penas de amores, problemas, rencores, celos, traiciones. Con tanto drama escribe tangos que luego se canta bajito mientras se afeita por la mañana.
-Tome su vodka, amigo. Y ya vale de penas, sonríale a la vida un poco y márchese a casa, que yo ya tengo ganas de irme a la mía
-¿Le espera su esposa?
-No, mi bandoneón y mis musas-.
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Texto: Bohemia
Foto: Random