Has llorado con mi dolor,
te has bebido mis lágrimas,
mi piel dolida y mi alma rota
se han entregado a ti sin reservas,
para que logres zurcir mis heridas
y compongas un collage con mis pedazos.
Nada esperaba de la vida, nada,
era como un naufrago solitario
que se mantenía sobre su balsa,
a la deriva,
con los ojos cerrados,
dejándome mecer por las olas,
dejándome llevar por la corriente.
Pero hoy tengo un motivo,
una razón para asirme a tu mano
y buscar el consuelo de tu pecho.
Siento que hoy mi corazón vuelve a latir,
siento que hoy renazco.
.
Texto: Bohemia