jueves, diciembre 29, 2016

Palabras y palabras...


Sin embargo, a pesar de tus palabras, te costaba esfuerzo incluso respirar y tomabas aire entre ellas. Porque hablar es arriesgarnos siempre a sufrir una pequeña asfixia. Hablar es como si no nos importara morirnos; palabras y palabras expeliendo el aire que nos alimenta, derrochando el oro del oxigeno. Por eso yo me callo siempre, temo morirme de un exceso de habla.



(José Carlos Somoza)



 

jueves, diciembre 22, 2016

Corazón de tinta...



"Por favor" Susurró al abrir el libro. 
"Tómame de nuevo, sólo una hora o dos.  
Pero por favor, llévame lejos, lo más lejos posible ".




viernes, diciembre 16, 2016

viernes, diciembre 09, 2016

Palabras prestadas de Daniel Pennac...





El tiempo para leer siempre es tiempo robado. (Al igual que el tiempo para escribir, por otra parte, o el tiempo para amar) ¿Robado a qué? Digamos que al deber de vivir. Esta es, sin duda, la razón de que el metro -símbolo arraigado de dicho deber- resulte ser la mayor biblioteca del mundo. El tiempo de leer, igual que el tiempo para amar dilata el tiempo de vivir. Si tuvieramos que considerar el amor desde el punto de vista de nuestra distribución de tiempo ¿qué arriesgaríamos? ¿Quién tiene tiempo de estar enamorado? ¿Se ha visto alguna vez, sin embargo, que un enamorado no encontrara tiempo para amar? Yo jamás he tenido tiempo para leer, pero nada, jamás, ha podido impedir que acabara una novela que amaba. La lectura no depende de la organización del tiempo social, es, como el amor, una manera de ser. El problema no está en saber si tengo tiempo para leer o no (tiempo que nadie, además, me dará) sino en  si me regalo o no la dicha de ser lector.








viernes, diciembre 02, 2016