Me he quedado sola en mitad de la calle. De repente las farolas dejaron de darme luz, los pájaros nocturnos dejaron de volar sobre mi cabeza, ni un coche cruzó por mi lado, ni una sola persona caminó a mi verita, nadie dejó su estela. La fuente dejó de dar agua, el viento dejó de soplar y creo que hasta el rocio dejó de caer sobre la hierba...Y fué ahí, justo en ese instante de soledad, oscuridad y silencio que escuché hablar a mi corazón.
.
Me dijo: Tranquila, que yo no te dejo....
.
.
.
Me dijo: Tranquila, que yo no te dejo....
.
.
Texto: Bohemia