Dos hombres mojaron
sus katanas en el río
Los cerezos explotaban
sobre el camino:
era abril
Musarama y Masamune
vieron correr las flores
sobre el agua
Cuando las flores
chocaban
con el filo de la katana
de Murasama
eran cortadas
suavemente
a la mitad
"Ese es mi filo" dijo
Murasama, triste
al ver que las flores no sangran
"La tuya, Masamune, deja
que las flores se escapen
Rozan su agudeza, y la esquivan"
Masamune sonrió
y en loto
observó el flujo del río
cristalino
reflejando
el metal de su espada
reflejándose
en el agua
"Mi espada no corta
las cosas bellas"
dijo Masamune
y extrajo
del agua su katana
seca.
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