-¿Quieres café? - ¡Sí, ya sabes, dos de crema sin azúcar!.
Y mientras vacía las semillas de girasol sin cáscara en un comedero para pájaros, en forma de casita blanca norteamericana, que usa desde hace un año para alimentar a los pájaros de colores que a diario visitan su hermoso y verde jardín; le dice a uno de ellos como si pudiera entenderla, es un pájaro azul que ya tiene meses visitándola poco antes del desayuno.
-Con tu peculiar canto pareces decirme cuídate, cuídate ¡qué imaginación la mía, jajaja!
El pájaro azul trina más fuerte la melodía y al no ver respuestas en su dulce y ojeroso rostro, vuela y triste ya en lo alto piensa:
<<Si por favor cuídate que cada día le pone un poco de veneno a tu café>>.
Texto: Gloria Fuerte
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