Se sabe muy poco del lenguaje
creemos haber evolucionado,
creemos ser más cultos,
creemos utilizar palabras apropiadas
de buenas costumbres
urbanidad y crianza.
Pero, estamos en pañales,
la verdad es que apenas balbuceamos.
Que sana envidia
poder conocer las palabras
como lo hacían nuestros antepasados,
los más antiguos,
los más desnudos,
los aborígenes.
Ellos se comunicaban con la tierra,
con las piedras, con el agua,
con el cielo, con el sol,
con los animales y las plantas,
y porque no...también con Dios.
En la era de las celulas modificadas,
en la era de la ingeniería genética
y del plástico por las mamas.
En esta era virtual
en que nos comunicamos
sin mirarnos a la cara
sería una buena idea volver al bosque,
remover las cenizas
y hacer de nuevo el fueguito
que nunca debimos haber apagado.
Te invito con estos colores.
extracto de raíces
y este palito de encina magullado
a volver a pintar en los muros...
Rupestres.
Texto: Niñito Irlan
3 comentarios :
Un bonito lugar para estar, el bosque, y su magia.
Besos.
Todo se perdió cuando el verdadero nombre de cada cosa dejó de ser secreto y se volvió algo conocido y banal (cuando no venal).
Saludos,
J.
Que sorpresa amiga , había olvidado ese texto.
Espero que estés bien.
Te dejo otro:
ERROR 404
"Un gallo canta,
miles de gallos responden,
otro gallo canta, ningún gallo responde.
...seguiré siendo otro.
Niñito Irlán
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