Suena Tightrope en mi lista de reproducción, su energético tema "Walk the Moon", y de repente me pregunto: ¿Por qué ya no bailo? ¿En que momento dejé de lado las coreografías espontáneas? ¿Donde están mis florituras de brazos, mis pasitos quema pistas de los 90s? El salón está en penumbra, alumbrado sólo con la luz del exterior, las ventanas están abiertas y la brisa nocturna de Julio se cuela, mientras un preludio de bochorno ahoga el cielo. Saco morritos y empiezo a mover el cuello cual gallina picoteando el grano, mientras paseo por la habitación. Poco a poco el ritmillo me va invadiendo y mis hombros se van animando y suben y bajan (algunas veces mis cejas también). Las caderas se van aflojando y deciden unirse a la fiesta timidamente, columpiándose de derecha a izquierda. Pero, es al llegar el estribillo cuando pierdo el control y comienzo a saltar cual cabra loca como si no hubiera un mañana y a mover la cabeza de acá para allá mientras mi melena oscura me convierte por un rato en Medusa. Ya no hay remedio...¡estoy poseida! Lo doy todo...Oh...Oh...Oh...vamonos que nos vamos...3:29 de puro frenesí domestico discotequero improvisado, porque, mi cuerpo baila en casa pero mi mente me lleva a un local de San Francisco con bolas que giran en el techo y luces azules de neón. La posesión concluye con el último acordé...y regreso. Voy a la nevera a por una Desperado mientras me pregunto...¿Por qué ya no bailo?
4 comentarios :
Deja las zapatillas a un lado...
El ritmo se apodera de ti, bailas, bailas y bailas.
Desmelenate Bohe! Te sienta muy bien.
Paso a dejarte un abrazo con memoria!
Hola Bohemia me encantó leerte. Y si, olvidamos bailar y disfrutar 😄 un abrazo 😍
Publicar un comentario