Dicen amar las cosas que sin embargo cazan.
Se reúnen por hábitos y profesiones.
Desdeñan las cosas que no entienden
y verdaderamente entienden pocas cosas.
Poseen mala memoria,
pero temen a la muerte y al paso del tiempo.
Inventaron los relojes y la guerra.
Prefieren actuar en grupo.
Sus acoplamientos suelen ser banales.
Se dieron una historia y una filosofía,
pero lloran como niños de pecho
cuando les duele un diente.
Se quejan de la desgracia
y la felicidad los abruma.
En algunas ocasiones cantan y bailan.
Se destruyen mutuamente.
Enferman muy a menudo.
Se preguntan cuál es el sentido de las cosas,
y, aterrados por el enigma,
deciden colectivamente no pensar.
Se reconocen entre sí por el color de la piel.
En sus casas
siempre hay espejos y relojes.
Reniegan del pasado
pero el futuro les da miedo.
Se encierran unos a otros en prisiones.
Llaman justicia a la costumbre
y detestan estar solos.
Se han dado una técnica
una industria una aviación y una marina
pero sus incertidumbres son cada vez mayores.
Se reproducen sexuadamente.
Asisten a los templos en épocas de penuria.
Enardecidos, destruyen lo que tocan,
y después, lo lloran.
Antes de dormir balbucean el nombre del ser que aman
pero se equivocan
y no amaron a nadie.
Se reúnen por hábitos y profesiones.
Desdeñan las cosas que no entienden
y verdaderamente entienden pocas cosas.
Poseen mala memoria,
pero temen a la muerte y al paso del tiempo.
Inventaron los relojes y la guerra.
Prefieren actuar en grupo.
Sus acoplamientos suelen ser banales.
Se dieron una historia y una filosofía,
pero lloran como niños de pecho
cuando les duele un diente.
Se quejan de la desgracia
y la felicidad los abruma.
En algunas ocasiones cantan y bailan.
Se destruyen mutuamente.
Enferman muy a menudo.
Se preguntan cuál es el sentido de las cosas,
y, aterrados por el enigma,
deciden colectivamente no pensar.
Se reconocen entre sí por el color de la piel.
En sus casas
siempre hay espejos y relojes.
Reniegan del pasado
pero el futuro les da miedo.
Se encierran unos a otros en prisiones.
Llaman justicia a la costumbre
y detestan estar solos.
Se han dado una técnica
una industria una aviación y una marina
pero sus incertidumbres son cada vez mayores.
Se reproducen sexuadamente.
Asisten a los templos en épocas de penuria.
Enardecidos, destruyen lo que tocan,
y después, lo lloran.
Antes de dormir balbucean el nombre del ser que aman
pero se equivocan
y no amaron a nadie.
(Cristina Peri Rossi )
4 comentarios :
La poesía de Cristina debería de ser más conocida de lo que ya lo es.
Saludos,
J.
Magnífico poema de Peri Rossi. Nunca defrauda.
Qué alegría regresar a tu casa Bohemia!
Besos sin tiempo.
Querida María Coca, que alegría leerte. Mil besos para ti.
Sublime 🎩
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