...No rompa esa fotografía, mejor guárdela y
mírela de repente. Cuando una persona ha significado mucho en nuestras
vidas, para bien o para mal, y se ha ido, no debemos tratar de
encerrarla en el olvido, porque el olvido tiene una puerta que se abre
cuando menos lo esperamos y nos lanza los recuerdos como caballos
salvajes que nos patean el alma. Aprenda a domar el recuerdo de esa
muchacha. Los recuerdos domados no lastiman…supongo que algo bonito,
digno de recordar le habrá dejado…
Texto: Claudia Celis
Imagen: Fernanda Cohen
1 comentario :
Malditos los recuerdos que no se dejan domar.
Saludos,
J.
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