"Martín se sentó en el borde de la cama y la contempló: a la luz de
la luna podía escrutar su rostro agitado por la otra tempestad, la de
ella, la que él nunca (pero nunca) conocería. Como si en medio de
excrementos y barro, entre tinieblas, hubiese una rosa blanca y
delicada."
(Ernesto Sabato)
1 comentario :
Siete veces leí esa novela. Siete.
Y las siete me dolieron del mismo modos.
Saludos
J.
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