Mi hermano Alberto cayó al pozo cuando tenía cinco años. Fue una de
esas tragedias familiares que sólo alivian el tiempo y la circunstancia
de la familia numerosa. Veinte años después mi hermano Eloy sacaba agua
un día de aquel pozo al que nadie jamás había vuelto a asomarse. En el
caldero descubrió una pequeña botella con un papel en el interior. "Este
es un mundo como otro cualquiera", decía el mensaje.
8 comentarios :
Jo-der.
Un mundo muy húmedo, eso sí.
Besitos Bohe.
Queé fuerte! No sé si me gusta o no!M
Jejeje
Un abrazo
Si te descuidas, uno mejor...
Besos, Bo.
Es magnifico el relato.
Me encantó.
Abrazos
Supongo que todo depende del cristal con que se mire. Lo que para unos es tragedia para otros puede ser una salvación. Supongo que el autor dice "pozo" cuando quiere decir "tristeza".
En cualquier caso me gustó :-)
Abrazos.
Muy bueno, sí señor, si uno se adapta a las circunstancias las cosas van mejor. Una lección de positivismo, tan necesario en estos tiempos. Besos
Sí, es verdad. Es la ley de la evolución, te adaptas o te mueres.
Publicar un comentario