jueves, junio 05, 2008

Deslizándome...

 
De pequeña no tenía patines, a pesar de ello soñaba que era una patinadora profesional. Cuando mi madre daba cera me ponía dos trapos en los pies y sacaba brillo deslizándome sobre ellos pasillo arriba, pasillo abajo. Pulía y patinaba aquel suelo rojizo que sin pretenderlo se había transformado para mí en una pista de hielo. La música la llevaba dentro y entonces movía mis brazos al compás de esa melodía silenciosa, hacía piruetas, giros y me imaginaba dentro de un bonito vestido con brillos y purpurinas. Así podía pasar horas y horas arrastrando los trapos sobre los que me deslizaba. Algún tiempo después, mi hermana, siempre generosa, me compró unos patines de verdad y entonces cambié de pista y comencé a deslizarme en la calle como siempre desee, hice piruetas, brinqué en el asfalto, jugué y me divertí con mis amigas... Aún así, cuando pienso en patines, siempre acude a mi mente un par de trapos y un pasillo de un tono rojizo brillante que se me antojaba sin fin, como la eternidad...
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Texto: Bohemia
Foto: Stephanie


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68 comentarios :

Camille Stein dijo...

los primeros patines, quizá los únicos patines... eran aquellos dos trapos del principio... ese era el verdadero patinaje :)

siempre permanece más brillante el primer hilo de las ilusiones

un beso

GlamToday VideoTop dijo...

QUE BONITO ¡

PASE A CONOCERTE¡

VOLVERE¡

@ngelito dijo...

Yo también tuve patines de pequeño,unos que me regalaron mis padres. Luego me compré unos mejores según fuí creciendo y con el tiempo dejé de utilizarlos. En un armario los tengo guardados y cada vez que los veo,me vienen recuerdos muy bonitos. Se me daba muy bien patinar, jejeje. Un abrazo

ideas dijo...

deslizarse .. quiza sea ese el secreto.. el cómo, es lo de menos..
saludos

Ignacio Bermejo dijo...

Guauuuu, ¿qué tienes que siempre consigues pellizcarme el alma? Yo no patinaba. Mi mundo jamás fue un pasillo rojizo, pero esta historia me ha recordado al niño que fuí, aquel chiquillo que trotaba montado en su caballo imaginario y que jugaba siendo siempre el muchachito de la pilicula de vaqueros. Tucutuc tucutuc tucutuc, resonaban en mi mente sus cascos al galopar por las calles persiguiendo bandidos.
Un beso de un vaquero crecido, olvidado, envejecido.

Anónimo dijo...

El alimento que nutre nuestros recuerdos imberbes no acaba nunca de digerirse, somos la primera papilla, el primer pantalón largo y hasta el primer beso robado. Todo lo demás, lo que viene después, no pasa de ser la guarnición del plato.
Vino y besos.

Alejandro Jusim dijo...

Sabes, amiga?, me trajiste a este momento, la primer guitarra de mi vida, aquella que tocaba a los 4 años, y que no era mas que un cabo de escoba, con una cuerda de cañamo atada a los extremos. Era el mejor musico del planeta, de ella salian sonidos unicos, irrepetibles. Hoy, han pasado mas de 40 años de aquella "guitarra", hoy, tengo mas de una, por supuesto, todas de gran calidad.
Hoy intente recordar aquel sonido.
Hoy ninguna de ellas, pudo regrezarlo.
Gracias!!!
Te mando un beso muy grande.
Alejandro (Trovador)

isobel dijo...

el mundo de las ilusiones, forma parte de nuestra vida y de nuestro carácter, que bonito, besos

Anónimo dijo...

patines de cuatro ruedas naranjas tapadas con una bota d etela blanca....para que se vean mas elegantes y no se note que eran unas zapatillas de deporte....
mi primera actuación con 6 años, fue así y vestida de oso....mucha vergüenza por eso me gustaban mas, muchisimo más los trapitos de casa que mi madre ponia para no ensuciar el suelo recien encerado.

qué de palos me di!!! juas!

Arcángel Mirón dijo...

Nada es tan real como los deseos.

fgiucich dijo...

Tu anècdota de los patines me trajo a la memoria los mangos de las escobas para barrer el piso, que en mis tiempos de niño, allà lejos, eran de madera pulida. Cuàndo las escobas se gastaban, me quedaba con esos palos que fueron mis lanzas, fusiles a chispa, caballos improvisados o bicicletas inalcanzables, para atrapar las fantasìas de mis juegos. Abrazos.

Anónimo dijo...

Hola!
Enhorabuena por tu bitacora, me ha encantado, fotos y texto!
Yo también usaba trapos antes de tener patines y, claro, una salva las rodillas pero no hay color!
:P

eva lluvia dijo...

no sé si será realidad o ficción pero es una vivencia muy bonita, bohe...yo tb he jugado alguna vez a deslizarme... y hoy me deslizo sobre ruedas aunque prefiero el hielo...

deslizo dos besitos hasta tí

el_Vania dijo...

Y ríete del Disney on Ice, querida amiga.
Yo lo hacía a lo bestia, surfeaba encima de la mopa de mi madre... que además, despedía un olor muy agradable el producto ese para abrillntar, fijo que tóxico a más no poder... pero aquí estoy para contártelo.
Salud/OS!

Sherezada dijo...

que lindo, es recordar como se divertia uno con cosas simples al ser pequeño... los patines no fueron lo mio y cuando conoci las pistas de hielo me fue peor... pero añoro esos tiempos donde derrapaba en bicicleta...

me has hehco recordar y tener una sonrisa que hacia falta, besos desde las estrellas

Mar y Sol(a veces tenue y otras no) dijo...

Comparto parte del posteo anterior. La más pura esencia y la ilusión es la que perdura siempre.
Un abrazo!

Krad_Dark. dijo...

Bonito recuerdo. Anda que no le quitarias trabajo a tu madre en limpiar el suelo ;)

Un abrazo

Rosee dijo...

que lindo lo que esribiste...pensar en esas cosas que nos marcan la infan cia, y nos hacen transoportar a ese lugar, es algo magico!

y hemoso el libro que estas leyendo :D

Saludos muchos!

zel dijo...

Yo no tuve, pero no perdí el tiempo, cuando mis hijos tuvieron sus patines en linea, aprendí un poco a base de batacazos! Divertido!

Inés Bohórquez (Ibo) dijo...

qué recuerdos aquellos...

mi hermano y yo nos dabamos colitas uno al otro con una sabana y deciamos que solo era para ayudar a que b rillara mas...

luego al crecer nos dieron patines a los dos y saliamos a aventurar pos las calles de nuestra urbanización y de vacaciones con los primos ibamos a todos los lugares donde de antemano nos advertían... por allí no!

pero era evidente que lo único que haríamos sería desobedecer...jajaja
bella época,
gracias por recordármela!

un enorme placer visitarte
mis bendiciones

Rodolfo N dijo...

Las fantasías de la niñez...
Jamas superadas.La imaginación no tiene los límites que la realidad sufre.
Niñez: magia y ensueño deslizándose por la vida nueva...
Besos

La Perra de Kenia dijo...

te he dado envidia (espero que sana) con mis andanzas sobre ruedas ¿eh? Me alegro de tener cosas en comun contigo
Besos
La Perra

Little dijo...

Hola Bohe.. creo que volveré a escribir en mi blog.. de verdad que la literatura se extraña.. y a los colegas también!

Besos melancolicos :-*

Little dijo...

Añoranza? que seria volver a ser niños y deslizarse en trapos?

AlmA :) dijo...

Tengo una amiga con la que patinábamos calle arriba y abajo... cuando éramos pequeñas. Yo tenía una patines metálicos con tiras de cuero para atar cruzados, ruedas escandalósamente silvantes y tacos de goma delanteros para frenar...
Mis patines eran prestados.
Mi felicidad, infinita.
Saludos sonrientes llenos de recuerdos.

txusman dijo...

de chaval quería ser un super-héroe, de los buenos buenisimos, de traje ajustado y poderes extraordinarios, rescatador y mirada perturbadora...
Por supuesto me quede sin traje ni poderes, la mirada se me ha quedado en vista cansada, mas perro que bueno y lo de super-héroe se ha quedado en "diesel-héroe", pero héroe al fin y al cabo... por que esa es la sensación que tengo... que soy un Héroe... con la que está cayendo y al pie del cañon...
saludos patinadora...

Anabel Rodríguez dijo...

¡Dios mio! Es imposible llegar pronto a este blog para comentar, siempre hay lista de espera, esto es peor que la carnicería.
Ahora mismo me centro.... me encantó tu entrada y me recordó a dos amigos mellizos, que decidieron montar una pista de patinaje en casa de su madre, a falta de cera cogieron dos botes de mantequilla y los esparcieron por todo el suelo, para disfrutar después de su merecida sesión de patinaje. ¡Fue antológico!.
Me ha gustado mucho la imagen que he creado en mi cabeza con tu narración, te veo con los trapos en los pies, moviendo tus brazos al compás de una música que sólo tu oías. Tu imaginación se anticipó a los mp3.
Besos gordos.

A do outro lado da xanela dijo...

también yo he usado los trapos, bajo la temerosa mirada de mi abuela... también mi madre me regaló más tarde unos patines... también hice piruetas y cabriolas con ellos.

Un brazo roto, cientos de heridas y muchos años después, creo que este fin de semana los voy a rescatar, y volver a sentir la excitación de deslizarse sobre el asfalto sin llegar a tocarlo.

Precioso post, me has removido algo adentro.

Un besazo

Anónimo dijo...

Es que la magia de la infancia no tiene freno. Tambien nosotros te vemos como una niña preciosa haciendo de princesa sobre una pista divina.

Isa Segura B. dijo...

Yo patinaba sobre trapos pero en el suelo de madera de casa demi abuela y nunca me regalaron patines, pero igual patinaba feliz.
Un abrazo.

 kotto dijo...

que lindos recuerdos me hiciste acordar que alguna vez tambien ocupe los trapos para patinar...


un beso querida buen fin de semana

Anónimo dijo...

Bonita historia y muy bien contada.
Me siento parte de tu relato tambien.
Besos.
Mili.

Mar y ella dijo...

Que lindo parecia que tuvieras alas en los pies y volabas,que los poorrazos y las rodillas moreteadas valina la pena...pro que se hacia más que entretenido volar...
Un besito y gracias por venir y dejar tus comentarios

Gwynette dijo...

..que encantador !..yo recuerdo mis primeros patines asociados a costras en las rodillas,y el saca-brillos, a la casa de mi abuela en verano, que nos hacía dar lustre a las mesas a los niños, con un trapo -como un muñón- con vinagre y cera...hummm, aún lo huelo ! :-)

Besitos

Pablo Ballesteros dijo...

son las cosas que nos marcan la infancia. Yo entonces tenia unos patines que mis padres me regalaron para entrar en un club de patín.
hace ya tanto tiempo..
me has traido la escena de mis hijos hará 10 años; estaban encerando el suelo de la casa con un maquinon y el señor cojiía cada vez a uno de mis hijos y los sentaba en la cabeza de la maquina deslizandose por los pasillos. Nos reíamos mucho viendo la escena.
tu me la has traido hoy
gracias por este momento de felicidad.

FDG - El Señor de Monte Grande dijo...

Recuerdo las carreras ficticias en el living de casa sobre los patines de lana y como centro de pista la mesita ratona del centro.

Un abrazo desde MG

Anónimo dijo...

Ay querida Bohe, yo también he patinado un pasillo rojizo de punta a punta, tanto que ahora que te he leido y me ha venido el recuerdo a la mente, hasta siento el olor de aquella cera. Que era color caoba rojizo, y que cuando uno pasaba y pasaba cada vez brillaba más y en aquellos brillos una imaginaba luces, reflectores, holliday on ice, jaja. Aunque más tarde tuve unos Rollers de cuatro ruedas, siempre seguí patinando en las franelas como tú.
Pd: es una costumbre un poco difícil de quitarse, mira en el lugar donde trabajo tengo que ir todo el tiempo de un extremo a otro y el piso está desgastado muy pulido y encerado y aún a mis 35, doy una corrida y luego me dejo deslizar aunque sea medio metro, jejeje.

Un enorme abrazo y gracias por compartir.

Anónimo dijo...

Este recuerdo tuyo, lo tenemos más de uno. Je, je, je. Me hiciste sonreír con esos patines tan singulares.
Perdona que irrumpa sin previo aviso en tu bello rincón, pero llevo tiempo viéndote en blogs que yo también suelo visitar y hoy me decidí a dar un paso más.
Me he llevado la sorpresa de que eres andaluza como yo y de que tenemos cosas en común, como ese pedazo de Ismael Serrano.
Encima escribes estupendamente como puedo comprobar, por lo que espero que no te importe la visita.
Un beso fuerte y voy a seguir leyéndote un ratito.
Cuídate.

yraya dijo...

Pues que suerte tenía tu madre de tener una niña patinadora que le sacara brillo al suelo.
La verdad que las asociaciones son a veces de lo más sorprendentes!!
Un besote.

Anónimo dijo...

patinar es como dejarse llevar, la vida tiene sentido

amor

Dra. Bennet dijo...

El texto me hizo recordar cuando yo tambien me deslizaba en el piso mojado cuando mi madre limpiaba la casa.
Gracias por evocar tan lindos recuerdos!!!

Noemi Risco Mateo dijo...

Bonito recuerdo. En casa de mi abuela también patinábamos con trapos por encima del suelo, pero de pequeña tuve la suerte de hacer patinaje artístico :) Es mi deporte favortito también.
Saludos,
Tanakil.

Yessi dijo...

Hermoso texto preciosa....por cierto hay un pequeño regalito para ti en mi blog.

Besos.

Victor Castillo dijo...

Hola.

Yo tambien de chavo jugaba en el patio de la casa con mis primos, Echábamos talco sobr el suelo para deslizarnos... y nos dábamos unas divertidas.

Besos y abrazos.

Anónimo dijo...

Bueno, al menos tu ilusión se hizo realidad, de los de trapo pasaste a los reales, en cambio yo cuando hice el traspaso, me di de porrazos con los reales, que no me quedaron ganas de seguir con ese sueño jajajaja!!!
Besitos bonita♥♥♥

Anónimo dijo...

Ufff mis primeros patines!. Me los regalon por reyes y el leñazo que me di, todavía no lo he olvidado, pero recuerdo que disfrutaba con ellos aunque me costó aprender a andar y moverme.
Un saludo,

Maria dijo...

Lo cierto es que las ilusiones de antaño hoy me parecen tan lejanas bohemia, que me has trasladado a recuerdos felices y ciertamente se agradece....

Destaco la generosidad de esa buena hermana, que siempre estará en el camino


Un abrazo!

Verbo... dijo...

Nada como una madre que acurruca y cuida, por cierto tus primeros patines te los pusistes en el vientre de tu mami, alli ella te miraba dar piruetas, desde muy adentro de ella, por ello nos conocen las madres...

Te beso linda ♥

M.

JOSÉ TADEO TÁPANES ZERQUERA dijo...

Hola Bohemía:
Me ha gustado mucho tu patinaje. Sabes, yo me puse unos patines una vez, me caí, me los quité y más nunca he vuelto a subirme a nada como eso. Besitos:
Tadeo

thoti dijo...

.. las cosas verdadras no son como nos parecen, sino en realidad, como las viven los niños.. :-)

.. besitos rodando, desde mis colinas solitarias, para ti Bohe...

Unknown dijo...

Los olores, los sabores, y cada cosa que entra sensorialmente y que nos recuerda a esos momentos mágicos son incomparables con cualquier otro momento y son inentendibles para cualquier otra persona...

...las cosas más simples con sabor a gloria...

Saludos
Te leo...

princesa de boca de fresa dijo...

Esos patines!! A mí me encantaba patinar... era genial... dónde los tendré, los patines??

Besitos

dijo...

recordé a mis patines... a mis primeras caídas, al club del barrio, a mi vestido de 2española" rojo con lunares blancos...
gracias por este post...
lleno de nostalgia, pero esa que es bella...
besos

Anónimo dijo...

Yo también me metía grandísimos piños deslizándome en calcetines por el pasillo de casa y soñaba con unos patines y unos cascos de música que entonces eran de lo mas raro raro. También conseguí mi sueño ;)

Un besazo.

AsiSoyYo dijo...

bonita historia... quizás es que esos dos trapos te hicieron mucha más ilusión que esos patines de verdad... y ahí esta la grandeza en ilusionarse, en divertirse y en ser feliz con simplemente dos trapos en los pies imaginando ser quién quieres ser. Bonito blog es la primera vez que paso por aquí, te agrego, un saludo

peponita y venus dijo...

HOla!! ¿qué tal? estoy con ideas que andan de un lado a otro y me preguntaba si podías explicarme el título de tu blog, si hace referencia a algo en especial...espero que lo que salga te guste. Un beso

Anónimo dijo...

Que lindos posts has hecho, sigues renovando tu alma como siempre.
Los patines, sabes me costo mucho aprender a patinar, los rollers me eran demasiado pesados jejeje. Pero al igual que tu me han quedado hermosos recuerdo!
un abrazo.

Rosalmor dijo...

Esas recónditas imágenes que guarda nuestra mente del paso de un hecho significativo de la infancia, son los fuertes pilares de nuestra madurez emocional Bohemia.Gracias por compartirlos Besos caribeños...

Clarice Baricco dijo...

Lindo recuerdo.
Aprendì a patinar cuando entrè a la universidad y poco tiempo lo disfrutè. Aùn tengo mis patines, estàn de adorno jiji. Soy torpe.

Tambièn sabes deslizarte en las letras.

Abrazos princesa.

almena dijo...

Y es que, en ocasiones, una imaginación entusiasta se desliza mejor que unos estupendos patines ¿verdad?
:)

Un beso!

Luni dijo...

aiss, yo también empece a patinar asi... con esos trapos. que bien me lo pasaba en el largo pasillo de casa!!! Y de ai a las cuatro ruedas y de ahi a la cuchilla de hielo y de ahi a las ruedas en linea... como cambia la vida.

Besitos pequeña.
Muám

Anónimo dijo...

Sí yo también he jugado a eso...y con puntuaciones y todo...sólo que en lugar de trapos yo llevaba 2 pares de calcetines y mi patinaje era del todo clandestino :-))99

AmetS dijo...

Increible la infancia!Me has echo recordar tantas cosas con tu escrito...

No quiero crecer no quiero!
JAJAJA

Cuidate! ;)

Maybe dijo...

Que recuerdos memorables de la niñez, aquellos donde la imaginación nos llevaban a vivir en un mundo donde las ilusiones y los anhelos se cumplían.
Saludos.

Alas de Mariposa dijo...

Asi es la imaginacion de los niños, a mi me encantaban los patines... ahora estoy segura de que no podria correrlos jajaja

Besos

Mordisquitos dijo...

Alguien dijo que la nostalgia era la reacción de la mente contra la dictadura del presente. Por ello, siempre es el recuerdo más antiguo el que antes llega. Perdona por este comentario tan sesudo y matemático ante una entrada tan hermosa.

[ кeя ] dijo...

recuerdo mis primeros patines, que tambien me regalo mi hermana... Las veces que me cai patinando y las veces que me levanté y aprendí.

qué bellos recuerdos.

Me di un paseo por tu blog, y no me voy decepcionada ;)

ciao!

dintel dijo...

Un día, nos comimos un par de plátanos cada uno y los utilizamos a modo de como utilizaste tú los trapos. No te puedes ni imaginar cómo quedó el suelo de la cocina. Por cierto, un secreto, es falso que patinen.