miércoles, octubre 18, 2017

Donde habitan los Ángeles...


...No rompa esa fotografía, mejor guárdela y mírela de repente. Cuando una persona ha significado mucho en nuestras vidas, para bien o para mal, y se ha ido, no debemos tratar de encerrarla en el olvido, porque el olvido tiene una puerta que se abre cuando menos lo esperamos y nos lanza los recuerdos como caballos salvajes que nos patean el alma. Aprenda a domar el recuerdo de esa muchacha. Los recuerdos domados no lastiman…supongo que algo bonito, digno de recordar le habrá dejado…  


Texto: Claudia Celis
Imagen: Fernanda Cohen





1 comentario :

José A. García dijo...

Malditos los recuerdos que no se dejan domar.

Saludos,

J.