viernes, noviembre 30, 2007

Post en bici...

 
De pequeña aprendí sola a montar en bici, reconozco que fue a base de golpes y determinación pero lo conseguí. Yo le había pedido a uno de mis hermanos que me enseñara, que quería aprender, que lo ansiaba pero él no se veía como profesor. Me dijo que un amigo suyo había enseñado a otros niños con éxito y que también me podía enseñar a mí. Una tarde mi hermano vino a buscarme y me dijo: "Venga, que Juan Ramón te espera abajo". Acudí a la velocidad del rayo y allí en el patio me esperaba el chico con su flamante Torrot roja, demasiado alta para mis pocos años, pero no me importó, me encaramé como pude y él me dio unas pautas a seguir. Le puse buena intención pero, no logré mantenerme, apenas podía pedalear, mis piernas eran cortas o su bici demasiado grande para mí, así que me dejó por imposible tras unos cuantos intentos. Me sentí frustrada, volví a casa con la cabeza gacha y una profunda tristeza porque querer no es siempre poder... 

Al día siguiente, tozuda, le pedí a mi hermano que me bajara su bici a la calle.
-¿Para qué?
-Voy a aprender a montar, quiero intentarlo...

-¿Quien te va a enseñar?
-Nadie, lo haré sola...



Mi hermano bajó su G.A.C verde al patio y allí me dejó, como un pececillo en medio del océano... Estaba nerviosa, ansiosa y algo perdida pero, aparentemente era fácil, el desafío consistía en pedalear y tratar de mantener el equilibrio, cayendo lo menos posible...Y así empecé, pedaleando, tropezando, cayendo y como no sabía frenar, lo hacía saltando del sillín al suelo o bien, si era una frenada de emergencia, me empotraba con lo que me salía al paso (incluido un Land Rover aparcado...uff!!). 


A lo largo de esa "didáctica" mañana aprendí a montar en bici, subí a casa con las piernas magulladas y llenas de morados para disgusto de mis padres pero, con una satisfacción en el rostro que no tenía parangón. Como cantaba Víctor Manuel, en ese instante "no había nadie en este mundo más feliz..." Después de aquel día todo fue mejorando, aprendí a frenar en condiciones, a soltarme de manos, a hacer el caballito e incluso me hice instructora (casi oficial) de quien quería aprender, no dejé que ningún niño se marchara frustrado como yo aquella tarde. 

Hace poco, la última vez que vi a mi amiga Esther, me habló de aquellos días de prácticas sobre dos ruedas en los que la ayudé a sacudir el miedo que tenía, tan lejos lo mandó que en la actualidad se había comprado una bici de montaña y me dijo:


"¿Recuerdas mis prácticas y mis nervios? Siempre te estaré agradecida por enseñarme a manejar la bici, me hacía tanta ilusión y a la vez me daba tanto pavor. Fuiste paciente conmigo y me quitaste el pánico de otro modo no lo hubiese conseguido..." 


Sé que lo habría logrado igualmente, con constancia, como yo, pero oír aquello me puso de buen humor. Creo que siempre recibimos lo que damos envuelto en diferentes vestidos. Como canta Drexler: "Cada uno da lo que recibe, luego recibe lo que da...". Yo pude ayudar a mi amiga con algo que quería en el pasado y ahora también ella me entregaba algo a mí, un GRACIAS sincero que, para no desentonar con este post, llegó a mí pedaleando ...



Texto: Bohemia
Foto: Jane Doe




59 comentarios :

Arcángel Mirón dijo...

Cuando aprendés a andar en bici sentís que tenés un mayor dominio del mundo. Sos chiquita, una nena, pero te sentís poderosa.

:)

Gloria dijo...

Me encantan que los ninhos aprendan a ser tercos e independientes como tu lo hiciste, eso los fortalece y les ensenha a valorar y a agradecer. Bello relato. Un abrazo.

Juan de la Cierva - El Espinillo dijo...

Que bueno es poder ofrecer lo que uno tiene y que te sepan corresponder con un simple... GRACIAS que te llena...

Un beso.

Anónimo dijo...

Te confesaré algo
:(
no sé montar en bici. nunca aprendí y aún hoy me da verGúenza admitirlo. Cuando voy al gimnasio me siento en la bici estática y me desquito. me conformo.

TORO SALVAJE dijo...

Que voluntad Bohemia, yo aprendí casi igual, sólo había una farola en medio de una plaza, parecía que estaba imantada, saliera de donde saliera allí me estrellaba, y aprendí al final, volví como tú hecho un hematoma.

Besos.

Dejame que te cuente dijo...

que bonito bohe..
me has traido recuerdos de mi infancia...
yo aprendi con mi padre detras de mi correindo..
ay mi papi....k joven y agil estaba....como sudó conmigo k era una cenutria al sillin...jejjejee
ains....
gracias niña por traernos estas cosas tan lindas....
muaskkkkkk

AleMamá dijo...

También aprendí en una enoooorrrrme bici de mi primo, con una barra entre el sillín y el volante, por lo que debí aprender entre el barrote ese, torcida y sin posibilidades de caer bien cuando aterrizaba. Pero valió la pena.
Saludos

fgiucich dijo...

Cuando tenìa ocho o diez años, creo, le pedì a mi padre que me comprara una bicicleta. pero eran èpocas difìciles y me pasè aquellos tiempos envidiando a mi vecinos que andaban en las suyas y al final de la historia nunca aprendì a montar una bici. Ah, pero era un experto en el monopatìn. Algo de consuelo, por lo menos. Abrazos.

Luni dijo...

Yo también aprendi a montar en bici a base de talegazos y dos piños!!!

ea
Muám

el_Vania dijo...

¡Que tiempos!
¡¡Y además es algo que no se olvida!!
¿Y sabes una cosa? ¡¡Yo tuve una Torrot roja y otra azul!!
Benditos años 80...!
Salud/OS!

Lluvia dijo...

:-) ha sido maravilloso leerte...Tu modo de expresarte, la sinceridad y la dulzura que desprendes llega, y eso es de agradecer!!!
A mi me enseño mi ángel, mi abuelo. Él si tenia paciencia y un corazón que no le cabia en el pecho.
Mil abrazos con sonrisas y feliz finde

Alejandra dijo...

Que historia. Yo empece algo parecido, al ser hija única no tenia a quien recurrir por ayuda experimentada; así que yo me decidi a intentarlo poco a poco. Subia a cualquier montoncito de tierra y desde lo alto me dejaba caer cuesta a bajo sobre mi bici usada y remendada que me habia comprado mi papa. Era feliz con todas las rodillas raspadas, pero mi amplia sonrisa.

=) Hasta hace poco pase por lo mismo con mi carro. El aventurarse a emprender cosas nuevas, es vital para el alma humana.

thoti dijo...

.. lo del caballito es una lección pendiente que tengo.. siempre me he preguntado como se hace eso..

.. besos desde mis colinas..

Kim Basinguer dijo...

A mi me compraron una bici a los 9 años, pero nadie me enseñó y hoy envidio a los que os cisteis tantas veces...

Isa Segura B. dijo...

Nada como el agradecimiento sincero como recompensa.
Saludos niñabohemia.

Hanna dijo...

Fuerza de voluntad hay siempre que premiarla
Saludos

mossèn dijo...

las bicis ... curioso medio de transporte !!! ... salut

Matias dijo...

Que hermosa historia
Bohemia de verdad me sacaste mas de una sonrisa
es muy a gradable darce cuenta
que uno en la vida tiene que a veces tomar risgos, subirce en la bisi no importando cuantas caidas tengas, al final vas ha tener una alegria tan grande que sobrepasara todo lo demas, muchas gracias por el texto
cuidate mucho nos leemos
aDIOS

victor Rocco dijo...

GRacias por pasar por mi blog ojala te alla gustado , si quieres te puedo colocar como ling chau desde chile.

CEL dijo...

Tu historia me ha recordado tiempos tan lejanos, mi primera bici, fue heredada de unos primos estaba muy trasteada, pero a mi me parecio maravillosa, aprendi como casi todos a golpe de caidas y desequilibrios, pero aprendi!!!, y no se olvida, alguna vez todavía doy algun paseo.

Gracias por traerme tan gratos recuerdos.

Un fuerte abrazo y una buen fin de semana.

Mityu dijo...

Bohemia, tu historia, tan clara, tan optimista, tan valerosa.
Si cada uno da lo que recibe y recibe lo que da... tengo la impresión de que en el camino se pierden algunos paquetes.

Un beso

Anónimo dijo...

Hola! Hace dias que no pasaba, pero no queria dejar de saludarte. Evidentemente sigues tan cargada de pilas como siempre!!!
Queria contarte que en mi blog deje un regalito para ti.
Un abrazo.

Elipse dijo...

Las bicis me han dejado golpes, pero las personas que me han ayudado a andar por la vida me marcaron, me dieron más de lo que podía recibir!!!

Un fuerte abrazo, muy bonito post!!

yraya dijo...

No hay mejor trofeo que salir adelante cuando uno se lo propone.
Yo esa asignatura todavía la tengo pendiente, aprender a montar en bicicleta.

Besitos

Rolando Escaró dijo...

que bonita historia. y asi como nunca se olvida de montar bicicleta, nunca deberiamos olvidar a sentirnos agradecidos, y sobre todo, siempre ayudar a quienes nos necesitan

Tempus fugit dijo...

¿Y quién le enseña a pedalear al corazón?...Se aprende a base de magulladuras también, ¿verdad?

besos

Verena Sánchez Doering dijo...

uiii me hiciste acordar cuando aprendi a andar en la bicicleta de mi hermano, que era mas grande que yo. y que con mucha perseverancia y bastante caidas logre aprender sola tambien
hace 2 años me volvi nuevamente adicta a la bicicleta, voy a todos lados en ella y me hace feliz cada vez que me pongo como meta llegar a algun lugar lejos
el unico problema que aca los automovilistas no respetan para nada a los ciclistas y hay que tener mucho cuidado, ya que como es ciudad anda mucho vehiculo
gracias por tus saludos y tu compañia amiga
disculpa si no te habia saludado antes , pero no he estado bien de salud, asi que dandome siempre animo y fuerzas voy contestando los saludos de a poco
te dejo muchos cariños y que estes muy bien
un lindo fin de semana y mil besitos


besos y sueños

Conciencia Personal dijo...

La asociación de aprender a ciclear, es como la vida....tratas de aprender, caídas, resbalones, te sueltas, equilibro, lágrimas, triunfos, dominio, satisfacción...gracias por tus letras, las recibo junto con diciembre. Besos....

chüpetina dijo...

muy bueno tu blog :)

enseñar a los demás y ver recompensados tus esfuerzos, es genial.

besos babosos

Fernando dijo...

yo que sólo se andar y me tropiezo mucho te comprendo...besos

Darkhorse1974 dijo...

Yo tambien aprendi solo, jejeje, gracias por compartir tu historia con nosotros.

Una barzo

MentesSueltas dijo...

Algo para compartir…

Quiero compartir con ustedes la finalización de un proyecto personal muy importante. Luego de muchas idas y vueltas, he logrado terminar mi libro y estoy a punto de presentarlo. Justamente ayer el editor me lo entregó y experimenté una de las cosas más hermosas y emocionantes de mi vida.

Todo lo que uno pueda decir es poco, las sensaciones que se viven en el proceso de creación de un libro son indescriptibles.

Ustedes son, en gran parte mis impulsores y mis mejores consejeros, además de lectores, en algunos casos de más de dos años. Y a ustedes se los debo y se los dedico especialmente.

Si todo está bien (y no dudo que así sea) el próximo sábado 15 de Diciembre realizo la reunión de presentación del libro “Escribo y te cuento…”.

Los quiero mucho.

MentesSueltas

MeTis dijo...

siempre recordare mi BH azul marino..yo gracias a Dios tuve a mi hermano que era mi angel guardian e iba detras mia para que no me cayera al suelo, aunque alguna vez no pudiera evitarlo. En el patio de mi casa, que era un gran circulo.. dificil fue aprender teniendo el volante siempre girado.. Quizas nunca le di las gracias...

besos

Palmoba dijo...

Que cierto..yo una vez en una casa de La habana colgado en la pared lei: Que Dios te de justo el doble de todo lo que tu me desees a mi.

Se me quedo en la cabeza hoy al leerte lo volvi a recordar.

Hay más gracias.
Gracias por el tiempo que pasas aqui escribiendo para que los demas podamos leerlo.

Maria dijo...

Recuerdos de infancia, ciertamente es toda una aventura aprender a andar en bici ja,ja,ja!!

Buen texto bohemia

Un abrazo!!

Marta dijo...

Yo nunca aprendí a soltarme de manos!! hubiese sido bueno conocer a alguien que me enseñara en esa época sin poner en peligro mis dientes.

Creo que con la satisfacción que se siente cuando sabes que ayudas a alguien salimos todos ganando aunque no nos lo agradezcan.

Carlos dijo...

...dar y recibir...recibir y dar... me recordó a la ley del eterno retorno...

Beshos Boh.

modes amestoy dijo...

la determinación nos lleva para adelante.
Un abrazo

india dijo...

Aprendí sola y,curiosamente,siempre que he salido en bici lo he hecho sola...y me he caído aprendiendo a montar,y retándome en esas escapadas solitarias,mútiples cicatrices en mi anatomía lo recuerda,...y no soy masoca,pero echo de menos esos ratos de "riesgo",...ay!los años...

la chica pirata dijo...

Qué bonito texto!
y cuántos recuerdos me trae!! =)

Un saludo.

Anónimo dijo...

Bonita y tierna la historia que has contado.

La constancia y la fuerza de voluntad, con esas dos aliadas se llega lejos.

Besos tiernos y serenos. Te deseo un feliz fin de semana.


** MARÍA **

Blog de alma dijo...

El valor de la persistencia.
Preciosa imagen.

Anónimo dijo...

Ayuda y te ayudarán. Me gusta... una especie de "cadena de favores"

Besitos

yinyin dijo...

Dios mio, es precioso.


Saludos

La Perra de Kenia dijo...

Jolines... cuanta gente te quiere y cuantos mensajes te dejan. A lo mejor es porque peladean contigo y te ayudan a levantarte si te caes.
Peladeamos???

Clarice Baricco dijo...

Lindo recordar una historia sobre ruedas. Yo no recuerdo bien como aprendí a andar en bici, pero si recuerdo que toda mi vida ha sido con ella. Es más, recuerdo que cuando era estudiante, andaba en el bulevar, vivía en un puerto, y por voltear a ver un chico guapo, choqué con un auto, jijijijiji..ya te imaginarás el oso que pasé.
También recuerdo exactamente la tarde cuando a Bethania, la enseñó un amigo con mucha paciencia a andar en bici.
Y también supongo que te acordastes de mis series de fotos de bicis.
Vamos a preparar la tercera no?

Besos hermanita.

Ricardo Caballero dijo...

Que recuerdos más bonitos... mi infancia... Gracias!
Saludos
Ricardo - Enfoque

Chus dijo...

Tozadua, dirían algunos. Grande, dirían otro.
Feliz dirías tú.
Besos

Sibyla dijo...

Muy buena la lección que encierra tu historia, si uno no siembra no puede recoger.
Al ser generosos con los demás, lo único que podemos recibir son satisfacciones personales y un GRACIAS!!como el que te dió tu amiga,
despues de varios años.
Bonita historia.
Besitos.

Lulu dijo...

a mi me enganharon. Me hicieron creere que unas manos sujetaban la bici, para cuando me quise dar cuenta ya lo estaba haciendo sola. Las manos de mi papa antes de estar tan arrugadas como ahora!!

Muchas gracias por recordarme un momento tan especial. Quizas el recordar lo duro que parecia montar en bici o nadar antes de saber hacerlo nos hayudara a manerjar los problemas de adulto con mas tranquilidad ;)

Amco dijo...

Cuando aprendemos a hacer algo por nuestra cuenta, sin la ayuda de nadie, es cuando recibimos la mayor satisfacción. Pero cuando una vez aprendido, le entregamos nuestra sabiduria a alguien que lo necesita, es cuando realmente nos sentimos realizados y felices.

Me ha encantado.
1000 besos.

Tiket dijo...

Aun recuerdo cuando aprendi a andar en bici fue una vecina la que me enseño, la sensacion es genial, avanzar sin caminar, ir donde te de la gana y lo mas importante que jamas se te olvidaras montar una....saludos kisses.

@Intimä dijo...

Ays recuerdo uno de mis pedaleos con una cuesta tremenda y una curva casi al final, cuando más contenta estaba por mi hazaña me encontré de frente con una furgoneta y mi opción era estamparme contra ella o girar y caerme por un terraplén... Terminé con el pantalón hecho añicos y mi rodilla destrozada, lo bueno es que aún puedo contarlo.
jaja Besitos Bohemia
Siempre se da lo que se recibe..
Pd: Mi madre dice que para comer de la olla del vecino la tuya ha de estar destapá.

CurroClint dijo...

Tan sencillo, tan tierno y tan humano, como ayudar a montar en bicicleta, debería ser el resto de nuestras acciones, constantemente y siempre.
Un beso con esa ternura.

Maybe dijo...

Un lindo post que hace recordar momentos de nuestra niñez, ver mis cicatrices en las rodillas me hacen sentir bien al recordar porqué las tengo.
Esa tenacidad que demuestras es lo que debemos tener en la vida, haciéndo obras por los demás sin esperar retribución, pero que bien se siente cuando nos la dan sin importar el tiempo que tarden en llegar.
Saludos.

Anónimo dijo...

¿Sabes? Jamás me llevé bien con las bicicletas, he montado a caballo, corrí carreras cuadreras, manejo automóviles a ciento 40 k por hora, pero me subo a una bici y si no hago pie en el piso me mato a golpes.
Besitos. ;))))))

Maria Coca dijo...

Sabes? También yo aprendía a montar en bici sola de niña. Me empeciné y me has recordado a mí. Vaya dos cabezonas eh??

Y tienes razón: uno recibe lo que da. Emocionante el reconocimiento de tu amiga. Estuvo muy bien lo que hiciste.

Besos sin freno

bruixot dijo...

Que post más lindo! Me ha transportado a mi infancia. Yo también tenía una Torrota, en este caso azul. Me acuerdo que me la regaló mi padre al cumplir cinco año. Yo venía con la bici desde la otra punta de la ciudad siendo el niño más feliz del mundo. Eso sí venia a cuatro ruedas pues no sabía conducir más. Luego mi padre se encargó de enseñarme cogiéndome del sillín hasta que pillé la habilidad para hacerlo solo. Siempre se recuerdan esos momentos por lo que tu labor como instructora es muy loable y será recordada por muchos.

Siempre he tenido un amor a las bicis. Me encantan. Aprovecho para
demandar más carriles bicis ya...que envidia da viajar por Europa y ver parkings en las grandes ciudades, pero de bicis.

Un besito

DémoNan dijo...

A mí me costó unas cuantas caídas pero al final lo conseguí también, y casi solita :-) Besos