Dejad que las aves se acerquen a mí...

Muchos ya sabeis que tengo 4 loritos y un canario adoptado, que llegó a mi vida enredada con el viento de Levante y desde ese día se quedó a vivir con nosotros. Pues bien, pensé que mi cupo de aves estaba completo con una familia con picos de lo más numerosa. Pues no, el destino, que es como es, me sorprendió nuevamente y me di cuenta de que no se puede dar nada por sentado. Mi pareja se encontró hace unos días un agapornis perdido, asustado y sediento que al llamarlo fue hacia él confiado y se dejó agarrar, casi deseoso de ser rescatado. Casualmente ese día hacía muchísimo calor y mucho viento, he llegado a la conclusión de que los días que sopla el viento de Levante me puede traer enredado un pájaro, como ya ha sucedido en dos ocasiones. Ni que decir tiene que la pequeña vagabunda con alas ya tiene un nuevo hogar, mi casa. Mi experiencia me dice que es una hembrita y que es papillera, es decir, que la han criado a mano, como yo a los míos, así que la hemos llamado Vega. Es muy buena, se ha habituado estupendamente a su nueva vida y por suerte los otros cuatro la han aceptado muy bien. Lo siento mucho por sus anteriores dueños, yo me sentiría fatal si se me escapara uno de los míos, pero si llegara a pasar agradecería mucho que alguien le diera un hogar y cariño, sería un gran consuelo saber que está bien. Aquí les presento a VEGA

Fotos: Bohemia