Una historia con historia...

"...Oye, ayer vi a una señora en la calle y ¿qué crees? le salieron alas. Qué absurdo: alas en otoño. No dudo que pronto se le caigan y quién sabe si le retoñen para primavera. Ella como quiera estaba muy contenta y oronda con sus alas de color amarillo cobrizo, se le veían bonitas con el sol pero eran muy estorbosas y el chofer de la pesera le lanzó una mirada asesina que obligó a la mujer a irse hasta el fondo del vehículo. Cuando me bajé, a las doce cuadras de donde subió la señora, vi algo rarísimo: los automovilistas iban a 30 kms por hora en zona escolar pero no había ningún agente que pudiera multarlos. Me causó mucha extrañeza y desconfianza ¿porqué no sumían el pie en el acelerador? De plano sentí miedo y preferí cruzar la calle utilizando el puente peatonal y entonces caí en la cuenta: al final yo fui el que cometió el acto más absurdo del día.Los niños cargando sus pesadas mochilas me miraban burlones mientras cruzaban corriendo la calle, toreando autos y peatones. La verdad, me sentí ridículo, pero quería contártelo..."

Erick Muñiz, México